¿No sería genial tener unos padres que ponen su confianza en sus hijos para que éstos crean en sí mismos también? Aquí un ejemplo. Hace algún tiempo tuve la suerte de poder trabajar con adolescentes y adultos con síndrome de down y síndrome de wiliams por las tardes, entre otros; así como también como PTIS en un colegio durante tres años, y siempre intenté poner toda mi confianza en ellos, sin ponerle límites, descubriendo juntos hasta dónde podríamos llegar, y no os imagináis la de veces que me sorprendían aprendiendo más y más, y siendo cada vez más autónomos e independientes. Ahora ya como maestra, sigo teniendo ese "chip" que me hace ver más allá de lo que se ve, intentando subir tantos escalones como podamos, al ritmo que ellos marcan.
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