Con la entrada del DSM-V se proponen algunos cambios sustanciales, sobre todo en terminología y clasificación.
Parte de una visión centrada en el individuo y sus necesidades, y no se centra tanto en clasificar clínicamente ni etiquetar, sino en dar respuesta a las necesidades que presenta.
Respecto al Trastorno Gereralizado del Desarrollo, ahora denominado TEA, ahora se establece una única clasificación (Trastorno de Espectro de Autismo), eliminándose las subclasificaciones que había en el DSM-IV: Síndrome de Asperger, Trastorno Autista, Trastorno desintegrativo infantil, Trastorno generalizado del desarrollo no especificado, y Síndrome de Rett. Este último desaparece del TEA, por presentar síntomas que difieren del TEA.
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